textos{caducos}

Google de nuevo haciendo de las suyas, traduciendo horriblemente mal una canción.

Pues eah, ¿De qué canción se trata y quién es su intérprete original?

El cielo caerá.

Primero, vean el original, el de Ubuntu. Y ahora, la copia. Está claro, si hay una buena idea, pues se roba. Y a cascalla.

Gracias a la lista de correo de snark!, descubro los Antinobel {aunque mejor sería decir los Ig® Nobel}, una suerte de premios a personas o estudios ¡reales! y científicos que destacan por lo... absurdo. Como muestra, unos cuantos de los concedidos el año pasado:

• El de Salud Pública, para Jillian Clarke: "Investigando la validez de la regla de los cinco segundos" {Si algo de comer se te cae al suelo, no es dañino si lo coges antes de 5 segundos}
• El de Química, para Coca-Cola en Reino Unido: "Dasani, una forma transparente de agua, que por motivos de precaución no se ha hecho disponible para los consumidores". {¿Recordáis que CocaCola se limitaba a embotellar agua del grifo?}
• El de Medicina, para Steven Shack: "Efectos de la música country en el suicidio".{Algo de ello habrá, digo yo}
• El de la Paz, para Daisuke Inoue: Inventó el karaoke. {A este hombre le debemos mucho, y más de uno, una disculpa}.

Con mucha más pompa, y menos mala leche que los Premios Darwin, estos premios Ig® Nobel han sido todo un descubrimiento. ¿Hasta dónde puede llegar la curiosidad y el interés científico?. Aunque creo dar con la respuesta: Hasta ahí. Incluso ahí :)

{Gracias a Spell with flickr y a Oink!}

Ya llevo más de seis meses usándolo, y estoy más que contento con mi Ubuntu. Incluso los colores chocolate y azul del escritorio de Gnome que viene con defecto, tan minimalista y sobrio {creo que estoy ya lo dije}, me han terminado por convencer. Y eso que aún no le he sacado el partido que debiera.

Hoy han sacado su versión 5.04, así que si alguno quiere probarlo, no tiene más que pedirlo {gratis total}, o simplemente, descargárselo. Y santas pascuas.

Una vez más, mil gracias a Zootropo por haberme influido en la elección. Si es que no hay nada mejor que dejarse aconsejar por quien sabe.

Lo publica hoy El País, y al parecer el proyecto ya está en marcha {hay otros ejemplos en esta entrada de Slashdot}. Se trata de una nueva iniciativa de Google: escanear 15 millones de libros de las bibliotecas públicas para hacerlos accesibles desde Internet.

¡Y yo que pensaba que el proceso iría al revés! Vaya, que los libros serían primero, todos digitales. Si quisiera uno en formato impreso, no tendría más que encargarlo y al poco lo tendría en casa o en la librería/distribuidora que hubiera elegido en formato papel. Da rabia que un libro editado hace, pongamos, dos años, haya desaparecido de todo estante y su búsqueda se convierta en toda una proeza.

No sé qué cara se les habrá quedado a los editores tras lo de Google, pero yo creo que mi idea es buena, así que mejor que se planteen otra forma de hacer las cosas.

{Por cierto, últimamente no pongo problemas. Pareciera que no tuviera ninguno. ¡Pues no!, justo es lo contrario.}

Mi tío tiene una máquina peculiar. No parece hacer nada. Sólo hay una pantalla que muestra un color de entre seis y un selector al lado para escoger también uno de esos colores. Una vez escogido el color, pulsas un botón, y hala, la pantalla cambia de color. Por supuesto, el color al que vira la pantalla vuelve a ser uno de esos seis.

Estuve tomando notas, espiando a mi tío, para ver si lograba descubrir qué pauta seguía la máquina, pero no logré gran cosa. A saber:

• Los seis colores eran: Blanco, azul, verde, rojo, amarillo y violeta.
• Si la pantalla estaba en blanco y pulsas el botón, la pantalla vira al color que marca la ruleta. También si la ruleta marca el blanco y pulsas el botón, la pantalla no cambia de color.
• Al parecer para cada color de pantalla había siempre otro color {o el mismo color} para la ruleta de forma que volvían blanca la pantalla.
• Con la pantalla inicialmente en azul, pulsando la ruleta en verde, vira a blanco; si la ruleta está en rojo, vira al violeta; si la ruleta está en amarillo, vira al rojo; y con la ruleta en violeta, vira al amarillo. Extraño.
• Con la pantalla inicialmente en verde, sólo logré ver que pulsando con la ruleta en azul, la pantalla vira a blanco; y con la ruleta en verde, vira a azul. Más extraño.
• También logré ver que si la pantalla estaba en rojo, viraba a azul pulsando la ruleta en amarillo. Y si la pantalla estaba violeta, viraba a azul también pero pulsando la ruleta en rojo. Extrañísimo
• Una de las cosas que más me sorprendió fue una curiosa coincidencia, y es que las operaciones, cuando incluían tres colores, parecían dar el mismo resultado. Es decir, si con la pantalla en color rojo {por ejemplo} pulsas verde, y luego azul, el resultado es el mismo si con la pantalla en rojo pulsas el color que obtienes con la pantalla en verde pulsando azul. {Creo que eso se llama propiedad transi-no-sé-qué}

Llevé esas anotaciones al diagrama que muestro y me di cuenta de que eran suficientes para completar las operaciones de la máquina. Eso sí, ¿para qué servirá?

El objetivo de la máquina, toda una incógnita, pero ¿podrías completar la tabla de colores?

9199199999, 9997979977, 9997989979, 9998002999, 9998039999,9999999929

Esta vez la pregunta es corta {y aunque parezca mentira, fácil, ni siquiera hace falta pista alguna}: De los números arriba listados, ¿cuál no es primo?

Te están engañando.

Me he acabado pillando el 6670, que no es más que la versión con teclado distinto {e incómodo en ocasiones, por qué callarme} del 7610. De momento ya he ido a la tienda a cambiarlo porque el que me dieron primero tenía 1 píxel en negro {1 solo píxel del que no podía apartar la vista}, y le estoy dando tralla en los días de prueba. Me da la impresión de que los estoques volverán. Pero claro, ahora las fotos son mucho mejores pues la cámara del móvil es de 1 megapíxel {1 píxel negro...}. Lo que quizá haga sea deformar la imagen.

Y como mi ego a veces no me cabe en este planeta, aquí va una foto del menda tomada con el móvil:

Eah

Matteo está pasando un mal rato, así que se hace necesario darle un empujoncito de ánimo. Aporta tu granito de arena y dile que le quieres. Se lo merece

Matteo, ¡te queremos! :)

{Por cierto, pronto lanzaremos la campaña "¿Quieres que Matteo sea gay?". Abriremos la cuenta de donativos a tal efecto.

El profesor nos puso un sombrero a cada uno, y en cada sombrero había una carta con una cifra que podía ser un 1 o un 2. Yo no sabía qué carta era la mía, pero sí que podía ver la de mi compañero. Después el profesor anotó dos números en la pizarra y nos dio las instrucciones:

--Uno de los números que he anotado en la pizarra es la suma de las cifras de vuestros sombreros, el otro es sólo para despistar. Cuando yo toque esta campana --nos enseñó una campanilla que estaba apoyada sobre la mesa-- tenéis que decirme qué número es el que lleva vuestro sombrero, si es que lo sabéis. Si no lo sabéis, permaneced callados, porque volveré a tocarla hasta que alguien sepa cuál es su número.

Al primer toque de la campanilla tanto mi compañero como yo permanecimos callados, pero al segundo toque, ambos dijimos cuál era el número de nuestros respectivos sombreros.

Y aquí va la pregunta: ¿Qué números había en los sombreros y en la pizarra?

¡Han vuelto! Por favor, agárrense a sus cinturones y abróchense las gafas, porque hete aquí un nuevo estoque.

Y por supuesto, la pregunta: ¿Y esto qué es?