Gracias a la lista de correo de snark!, descubro los Antinobel {aunque mejor sería decir los Ig® Nobel}, una suerte de premios a personas o estudios ¡reales! y científicos que destacan por lo... absurdo. Como muestra, unos cuantos de los concedidos el año pasado:
- El de Salud Pública, para Jillian Clarke: "Investigando la validez de la regla de los cinco segundos" {Si algo de comer se te cae al suelo, no es dañino si lo coges antes de 5 segundos}
- El de Química, para Coca-Cola en Reino Unido: "Dasani, una forma transparente de agua, que por motivos de precaución no se ha hecho disponible para los consumidores". {¿Recordáis que CocaCola se limitaba a embotellar agua del grifo?}
- El de Medicina, para Steven Shack: "Efectos de la música country en el suicidio".{Algo de ello habrá, digo yo}
- El de la Paz, para Daisuke Inoue: Inventó el karaoke. {A este hombre le debemos mucho, y más de uno, una disculpa}.
Con mucha más pompa, y menos mala leche que los Premios Darwin, estos premios Ig® Nobel han sido todo un descubrimiento. ¿Hasta dónde puede llegar la curiosidad y el interés científico?. Aunque creo dar con la respuesta: Hasta ahí. Incluso ahí :)