¿Qué tiene de particular una frase como "Sé verla al revés"?
Pues que si la leemos de derecha a izquierda obtenemos (reagrupando convenientemente las letras) una frase idéntica a la original. Es una frase palíndroma, también llamada capicúa (aunque este segundo término se usa más para los números, como el 25652).
No resulta muy complicado encontrar palabras con esa peculiaridad simétrica. Así, si leemos la definición que el diccionario María Moliner nos da para el término "palíndromo" encontramos lo siguiente: (de "palin" y "-dromo") m. Palabra o expresión que resulta lo mismo leída en un sentido que en otro; como "anilina" o "dábale arroz a la zorra el abad". Dos ejemplos de lo más usual y que son los que casi todo el mundo encuentra cuando indaga en este terreno de las palabras de ida y vuelta. Otros ejemplos serían: salas, reconocer (palabra que tiene el mérito de ser la más larga en castellano, 9 letras), solos, arenera...
La dificultad de crear palíndromos es alta. Unir palabras e intentar encajarlas de forma que la frase obtenida pueda leerse en ambos sentidos es un trabajo que puede rozar lo desesperante. Más aún si se pretende que dicha frase sea más o menos sencilla de entender. Cuando uno lo intenta y siente en sus propias carnes (o en las volutas cerebrales) lo arduo de la tarea, no puede sino maravillarse de que haya frases como: "Átale, demoníaco Caín, o me delata", cuyo autor es Julio Cortázar. O que el 6 de julio de 1999 se estrenara en el Villaroel Teatre de Barcelona la obra Turning Point, una pieza musical de Esterno Collado y Alfonso de Vilallonga basada en la historia contenida en un palíndromo: "Ágil es Isa, nace de la yerba, ojo abre y al edecán así se liga".
Una forma de empezar a crear palíndromos sería, como sugerencia, partir de una palabra "semilla", voltearla e ir completando.No estaría de más el ir anotando, por cada palabra que escribamos, su invertida en el otro extremo del folio, completando la frase por ambos extremos.