textos{caducos}

Hoy he visto la tercera y de momento última entrega de la saga: Harry Potter y el prisionero de Azkaban. De las tres, es la que más me ha gustado. Más adolescente. Digamos que ha crecido con su público. Y con sus actores: Daniel Radcliffe {Harry}, con aspecto menos rechoncho, espigado; Emma Watson {Hermione}, con cuerpo más femenino; Rupert Grint {Ron}, quien cada vez me recuerda más a James Spader. Los uniformes para jugar al quidditch también han cambiado. Ahora son más adidas{menos mal que este año se llevan las capuchas}.

Se nota también que la peli se ha adaptado a su público en que es más oscura. Alfonso Cuarón {director de "Y tu mamá también"} ha impregnado la película de fundidos en negro y movimientos en las sombras. De calaveras y deformidades de agradecer. Y de humor, mucho humor. Del negro y del blanco, y casi todo del bueno.

Esta vez el argumento, sin llegar a ser complejo, por lo menos es algo más complicado que en entregas anteriores. Eso sí, sigue casi igual de mal trenzado , y habrá a quien no lo importe dado el arsenal de efectos que se imbrican en casi todas las escenas. A mí me desconcertó tanto cabo suelto, o tanto hilo lanzado con atropello, pero como estaba entretenido mirando al fondo {tengo que volver a verla, pasan muchas cosas en segundo plano}, o riéndome, tampoco me aburrí.

Lo mejor: Sin lugar a dudas, Emma Thompson. No me la esperaba y tardé mis quince segundos en reconocerla. Esa negrura y humor que inundan la película.

Lo peor: La historia es floja. Pese a que a su favor diré que este Harry Potter les está saliendo más adulto, hay reacciones que no hay quien se las crea, son demasiado planas. ¿Y por qué no hay rollete sentimental entre los personajes? ¿No tienen sexo o qué? {Bueno, esto es casi mentira: hay un par de sutilísimas insinuaciones, a ver si las veis}