Una lectura:
...Mientras uno me follaba, el otro me pellizcaba los pechos como para cerciorarse de que eran auténticos. A pesar de las circunstancias hice acopio de mi charm y le dije que haríamos todo lo que quisieran, que no se preocuparan. Pero mi buena educación les sacó todavía más de quicio. Como no soy morbosa y además no era la primera vez que me violaban, no pienso contar todo con pelos y señales.
En resumen, uno acababa de salir de la cárcel, y por si fuera poco me confundía con su madre. El otro era tímido además de homosexual, y me había visto en muchos clubs. Al primero le fascinaba mi modo de fumar, y por lo tanto se había enamorado de mi y me había idealizado...