Acabo de llegar a casa desde el auditorio. Hace unas tres horas que sonó el telefonillo y ¡oh! ¡Chechu!. Le abro y me viene con sorpresa: el ultradelgado Julio con entradas para "la ópera".
Me niego dos veces, pero es gratis, así que a la tercera accedo. Ya no soy San Pedro. Julio se queja: "Llevo entradas gratis para la ópera, y ninguna mariquita quiere venir. ¿No se supone que somos culturetas?". El comentario me hace reír.
Llegamos al auditorio, después de haberme peleado con la llave y la cerradura, que funcionan cuando quieren. Los asientos están en el paraíso, es decir, en la parte más alta y casi en un rincón. Como el auditorio no está abarrotado, propongo sentarnos en un lugar más cómodo. Julio y Chechu acceden, no sin antes acordar que si nos preguntan las azafatas, que van vestidas fatal, juraremos sobre la tumba de nuestras madres, vivitas y coleando, que sabemos dónde están nuestras butacas.
Antes de la obra, cuatro personas sentadas en sendas sillas sueltan un rollo infumable acerca de la obra y la vida de Bertolt Brecht. Ninguno de los tres que somos soportamos escuchar de seguido toda la perorata, así que salimos a la terraza del auditorio a engullir unos cigarrillos. Cuando volvemos dentro, ya casi se ha acabado el plomo. Unos minutos más tarde, la obra.
La representan los alumnos de la escuela superior de arte dramático, junto con la orquesta del conservatorio de Cartagena y universidad de Murcia (copio literal de la entrada). La música es de Kurt Weill -ays, cuánto me suena- y me encanta. También me gusta mucho el uso que hacen del espacio y los elementos del escenario, así como uno de los chavales que interpretan, todo peludete y algo marcado, sin llegar al límite clembuterótico. Disfruto de cuanto puedo pese a que no me entero muy bien de qué va todo. Al parecer va de una familia de Louissiana que manda una hija fuera de casa para que gane los dineros suficientes para hacerse una buena casa. En su desventura extra-hogareña, la chica, Ana, cae en todos los pecados habidos y por haber. Enhorabuena por ella, pienso, pero se ve que la obra es de crítica social y yo no me entero de la misa la mitad, porque eso es precisamente lo que no debería hacer. O más bien, eso es lo que siempre pasa cuando el poderoso caballero Don Dinero entra en juego.
Si encima resulta que el 99% del texto era cantado y yo no entendía ni J, pues peor me quedo. Menos mal del peludete.
¿Alguno ha visto/leído la obra y me la explica?
Comentarios (3)
chinguen asu madre pinchi bola de idiotas
Escrito por liz | 17 de Febrero 2007 a las 02:42 AM
Posted on 17 de Febrero 2007 02:42
busco a alguien que publique libros
Escrito por israel | 17 de Febrero 2007 a las 02:47 AM
Posted on 17 de Febrero 2007 02:47
quiero jugar porque me interesa saber como es y tambien quiero unirme a ustedes
Escrito por matilde | 12 de Abril 2007 a las 05:19 PM
Posted on 12 de Abril 2007 17:19