Es el tercer capítulo de la quinta temporada de, obviamente, los Expedientes X. Habla de cómo los Pistoleros solitarios conocieron a Mulder y de por qué hacen lo que hacen. Se agradece un capítulo así después de varios seguidos ahondando en la trama del complot gubernamental y los hombrecillos verdes {bueno, grises}. Fresco, de buen humor, bien tramado, revelador.